Momentos, mix de drabbles de Dissidia 3

Finales

Sus ojos estaban fijos en el horizonte, esperando a que él volviera.

Y es que, para Terra, Vaan no sólo se había convertido en su caballero de brillante armadura, sino que también es quien dio un nuevo sentido a su atormentada vida, haciéndole ver que su vida también vale… Y no por ser solamente una marioneta de Kefka

Ella no lo había percibido, pero sus ojos, antes apagados y sumisos ante la presencia del clown, ahora lucían un tenue brillo, que hacía que la mage luciera más bella.

Pudo sentir a la distancia el cómo la batalla contra los mannikins comenzaba a salirse de control y cómo los guerreros de Cosmos comenzaban a perder la batalla y a caer uno a uno, presos del dolor de alejarse de los suyos y con la duda de si volverán a ver a los demás o no.

Mas, mientras ella más les miraba, más encontraba dentro de su propio corazón la respuesta a su tan anhelada búsqueda. Sabía lo que debía hacer, aun cuando realmente no era guerrero de Cosmos y que probablemente en ningún otro ciclo estaría destinada a serlo

Por lo que podía ver, los mannikins se dirigían al sitio donde se encontraba la diosa y probablemente, por lo que había podido observar de sus guerreros, era muy posible que no pudieran sobrevivir a tal feroz ataque. Al pensar esto, su corazón se encogió tan sólo ante el hecho que Vaan también estuviera dentro de los guerreros caídos, y que por lo tanto ya no podría cumplir su promesa.

Era cierto que ella detestaba las batallas, habiendo sido una marioneta de guerra durante tanto tiempo, pero si tuvo la oportunidad de conocer dentro de las batallas a alguien tan amable como fue el rubio, debía luchar, aunque fuese en honor a sus recuerdos, y esta vez sería del lado correcto, aún cuando Cosmos y sus guerreros nunca fuesen conscientes de aquella determinación.

Concentró su magia en sus manos y, viendo a la primera criatura de cristal, lanzó un certero Firaga que llegó al centro de su pecho, destruyéndolo instantáneamente. Luego, sintiendo a nuevos enemigos a su derecha, saltó y disparó esferas de Holy que, aunque no fueron tan efectivos como el primer hechizo, lograron alejarlos y aturdirlos aunque fuera por un momento

La mage era consciente de que los mannikins eran bastamente más numerosos, y ciertamente tenía la conciencia que iba a morir de una u otra forma, mas se exigió hasta soltar la última gota de energía mágica. Soltó un suave blizzard y cayó extenuada, abandonada a su suerte…

Mas, los mannikins no poseían gran inteligencia, y viendo que la mage parecía no moverse más la abandonaron, teniendo en su mente su mayor objetivo, Cosmos…

Terra abrió los ojos, sorprendida de su fortuna, pero se dio cuenta que sus fuerzas no la sostendrían por más tiempo, así que tomó una última determinación: Llegaría a Cosmos y le diría su deseo, para que así alcanzar su tan anhelada libertad, incluso si fuese la muerte la última respuesta.

Lo haría por ella y por aquel que le enseñó el verdadero sentido de libertad y de vida. Con esa decisión se puso de pie y comenzó a caminar, con una leve sonrisa…

Lástima que ya no sería posible que Vaan pudiera verla al fin sonreír.